EL ESCRITOR EN SAN CLAUDIO
(9 de Abril 2022)
“SER ESCRITOR ES RENUNCIAR A VIVIR”
Hixinio Puentes
Con esta lapidaria frase comenzaba Hixinio Puentes su exposición literaria ante un público estudioso de su obra, —en el sentido en el que él mismo escribe— en el de indagar en un autor próximo, querido por los participantes del Club de Lectura ortegano, interesado en poner en valor la cultura local, antes que nada, y conscientes del alto valor que subyace en lo que no está ampliamente difundido.
El lugar es una escuela, en la que casi todos de los allí presentes encuentran restos, recuerdos de su infancia guardados casi reverencialmente como homenaje a los cubanos que procuraron los medios para construir el Escolar de San Claudio.
Repasamos con él sus obras, su lucha existencial por seguir su vocación, su sueño ineludible de ser escritor.
Nace en El Barquero, quizás sin barca —aunque en ocasiones se embarcó con el empeño de que todo lo escrito antes fuera vivido— pero seguro, con un lápiz para escribir y una pizarra, herramienta de su padre, maestro de la escuela local.
Toda su obra gira en torno al mar, el mar ese de la Oda de Pablo Neruda, —el que se sale de sí mismo a cada paso—: que dice que sí, que no, no puede estarse quieto… En Azul… y en Verde… Esmeralda de agua, que se percibe, —desde la embocadura enmarcada por los tres puentes que unen las dos provincias del norte gallego—, en una visual amplia, y bien podría ser fruto de la confluencia de la Ría del Barquero y del río Sor, —del océano Atlántico— “padre verde y profundo”, y uno de esos “siete mares”, el Cantábrico.
La novela Winnipeg da cuenta de la desesperación de la gente, republicanos que forzosamente se exilan en el barco homónimo, organizada por el cónsul poeta, antes aludido Neruda, y que soportan una travesía llena de dificultades en busca de las Américas.
Todas sus obras surgen de la investigación de documentos, de la vida de las personas que vivieron para contarlas y de lecturas en las que abundan galeras y corsarios, marineros en mar y de una tierra que genera genios y bandidos, que por el hecho de serlos, eran “buenos” para con sus convecinos, ya pasados cien años mantienen su memoria más cerca del amor que del odio y la repulsa.
Importante en sus libros la formación literaria, adquirida a pié de obra y en la ávida lectura, la búsqueda de lo esencial.
En la larga mesa del comedor, extendida toda la documentación, hojas desparramadas por el suelo… EL ORDEN DE LO ESCRITO EN MOMENTOS DE INSPIRACIÓN.
Hilvanar las ideas, así surge la novela creada en libertad, no la histórica en la que se impone el rigor, la indagación, la búsqueda.
Hay un trasfondo de contar la vida de los que sufren, los problemas políticos, las guerras… No es optimista en relación con la evolución, con el aprendizaje de la especie humana ante estos acontecimientos: se muestra escéptico, no hemos aprendido nada… siguen las guerras, situaciones de persecución, falta de libertad…
Escritor de fondo, su obra callada hasta la primera que edita: “A do vinte e un”. Después vendrían otras que consiguieron premios importantes, de los que sorprendentemente reniega.
Siguen otras obras guardadas en el cajón esperando el momento de publicarlas. Quizás todos los tiempos sean, buenos y malos, para la Lírica. Sentencia.
Con agradecimiento a Hixinio por acercarnos a esta narrativa, esta historia acontecida tan cerca, y en un tiempo real, el nuestro.
VICTORIA DÍAZ CASTAÑEIRA
