lunes, 30 de enero de 2023

La escritora Luli Dopico habla de su novela 'Pola alma' en el Club de Lectura

f.: José Álvarez Díaz

La escritora Luli Dopico, con varias de sus obras editadas, en el Club de Lectura


       Nuestra vecina y escritora Obdulia Dopico Cachán (conocida por todos como Luli, el nombre con que también firma sus frecuentes colaboraciones, desde hace décadas, en La Voz de Ortigueira), fue la semana pasada la invitada del mes a los encuentros literarios del Club de Lectura de San Claudio, del que forma parte, y donde deleitó a los participantes con una distendida charla en torno a su libro más reciente. Se trata de la novela Pola alma, publicada el verano pasado, que fue la lectura compartida del mes de enero para ser comentada en el Club.

    El libro es un despliegue apasionado y deslumbrante de la mejor prosa de Luli, que fluye con un estilo muy vivo, directo y cargado a la vez de inteligencia, de ironía y de ternura, armas sutiles y certeras para presentar grandes verdades, del tipo de las que se callan durante años, hasta que ya no hace falta decirlas en voz alta, entre seres que se atraen a pesar de sí mismos, que de alguna manera encajan y se complementan, aunque en un principio parecieran casi opuestos irreconciliables.

    La novela tal vez vale por sí misma un lugar propio en la narrativa contemporánea en gallego. Entretejida en gran parte sobre un monólogo interior con su propia fuerza gravitatoria, la historia atrapa al lector desde el primer momento y se lo lleva de la mano a recorrer las memorias de amor, pasión y muerte, y la tormentosa relación de su protagonista, Alba Heredia, con tres hombres muy distintos, los hombres de su vida, cuyas peripecias, carencias y contradicciones se quedan impregnadas en el ánimo del lector aun días y días después de la lectura. Los personajes están tan vivos que parecen casi arquetipos de su generación, de su tierra y de su época, con los valores y la visión del mundo con que a cada uno le tocó vivir, unas circunstancias con las que muchos de sus lectores de Ortigueira se sentirán identificados.

    “Me gusta crear personajes que tengan vida propia, vidas complejas y convincentes, que hagan pensar al que está leyendo”, comentó la escritora en la tertulia. “Tal vez por eso les pongo cara cuando escribo, y algunos lectores pueden sentirse identificados”, asegura. Entre sus personajes, tal vez el que más fuerza tiene es el llamado Marqués dos Farrapos, el gran amor frustrado de Alba, y a cuya alma alude el título de la novela. Detrás del magnetismo contradictorio del marqués, de mitad don Juan y mitad viejo verde, que “hoy en día sería el perfecto acosador”, como dice Luli, la protagonista que anuda todas las historias nos hace descubrir que, incluso dentro de un torpe tirano como él, había latido siempre un corazón endurecido, frío pero vivo, herido de soledad e incomprensión, escondido durante toda una triste vida, por debajo de su desvergonzada brutalidad.

    La prolífica autora, natural de Viveiro y vecina de Ortigueira desde 1973, donde fue docente en el CEIP José Mª Lage, tiene con esta ya nueve novelas publicadas. Además de haber coimpulsado la editorial Paparroibo, ha recibido reconocimientos como el Premio Curuxa de Humor de Fene (1996) y llegó a ser dos veces finalista del Premio de Novela por Entregas de La Voz de Galicia (2014 y 2016). Entre sus obras, ambientadas casi todas en Ortigueira y en la comarca del Ortegal, destacan las trilogías Zarcos, en castellano (formada por Querida Azul, el Diario de Ana y la Confesión de S.) y, en gallego, la que gira en torno a su inspectora policial Tona Andújar, con los libros A pena das calandras (ambientada en Viveiro), O segredo da runa (ubicada en el Festival do Mundo Celta de Ortigueira) y Viaxe ao alén (situada en San Andrés de Teixido), estos tres con imágenes de los lugares recorridos por la trama a cargo del fotógrafo ortigueirés Álvaro Fernández Polo.

    Luli Dopico suma a su obra también numerosas colaboraciones en poesía y en prosa para libros corales, además de casi medio siglo de artículos en el Heraldo de Viveiro y La Voz de Ortigueira. De hecho, su primer libro, Á beira do Landro, es una recopilación de sus cuentos editada por David Fojo en su centenaria imprenta, como una separata con sus relatos publicados en La Voz de Ortigueira.

por José Álvarez Díaz


f.: Loli Rubido

La escritora Luli Dopico (3ªd) con varios miembros del Club de Lectura, poco después de la charla que ofreció en el Escolar de San Claudio en torno a su novela Pola alma.

Rafael López Loureiro difunde en Ortigueira la figura del Padre Sarmiento

f.: MªCruz Sabio

Rafael López Loureiro "Calel" (d) durante la presentación de su conferencia del pasado 20 de enero, en el Teatro de Beneficencia de Ortigueira, por el periodista Xosé Álvarez Díaz (i)

Reseña de la charla de de Rafael López Loureiro acerca de la figura del Padre Sarmiento, por David Rodríguez Morado

· El divulgador reclama que el día 9 de marzo (día en que nació Martín Sarmiento en 1695) sea celebrado como el Día do Naturalismo Galego. 

· El Club de Lectura se adhiere a la petición.


    Amenísima charla de Rafael López Loureiro "Calel" (Cedeira, 1954) acerca de la figura de Fray Martín Sarmiento -nacido Pedro José García Balboa- el viernes 20 de enero en el Teatro de la Beneficencia de Ortigueira. Organizó este mismo Club de Lectura y colaboró la asociación Galioart.

    La presentación corrió a cargo del periodista y vecino de Ortigueira Xosé Álvarez Díaz, en la cual introdujo al autor destacando su amplio campo de estudio y la particular pasión por la naturaleza de este etnógrafo, artista plástico y naturalista, autor del blog 'Ao noroeste do noroeste', que consta de unos 300 artículos suyos y miles de fotografías de cosecha propia.

    A modo de antecedentes históricos, Lamarck, Plinio, Aristóteles, Humboldt o Darwin fueron presentados como posibles candidatos a "Primer naturalista". El ponente insistió a partir de ahí en lo infravalorada que sigue estando la figura del Padre Sarmiento (1695-1772), por sus muy notables contribuciones al fomento y estudio de las ciencias y de las letras -desde la botánica hasta su querida lengua gallega, y pasando por la planificación artística o jardinística de algunos de los monumentos y parques más emblemáticos de Madrid, en un siglo, el XVIII, que fue el del asentamiento de la Monarquía borbónica (Felipe V, Fernando VI y Carlos III) en España.

    El galeguismo a ultranza (con alguna correspondencia epistolar muy sugerente y comprometida) de un monje benedictino como Martín Sarmiento, cuya formación fue en castellano y latín, es realmente admirable y extraordinario para la época. Sobre todo debido a que se encuentra en el origen mismo de la lengua gallega, de la que fue un ferviente estudioso de su onomástica o etimología, y de las coplas gallegas, cuyo análisis combinaba con el hecho de recuperar el gallego de su infancia, y la reflexión -durante sus distintos viajes a Galicia- e intrépida oposición a "la aberración que consistía en prohibirlo y no estudiarlo".

    Más allá de la lengua en sí, el sabio es el autor de complejos tratados y estudios de áreas del saber tan variadas como la geografía, la geodesia, la matemática, la geometría, la poesía, el teatro, la botánica y la profunda observación de plantas como la carqueixa... También fue pionero en la introducción de Newton en España, de la radial de carreteras nacionales con origen en la madrileña Puerta del Sol, así como el encargado de ordenar el programa decorativo del Palacio Real de Madrid y el ideólogo de que este contase con esculturas de todos los Reyes españoles (incluyendo incluso los aztecas Moctezuma o Cuauhtémoc), el poseedor de unos 7500 libros (también "obras prohibidas", que a él le permitía la Inquisición) en la actualizadísima biblioteca de su "celda" benedictina, el descubridor de que fue en Alcalá de Henares que nació Miguel de Cervantes, el confeccionador de un ingente epistolario -del cual solamente se conserva una décima parte- que incluía cientos de cartas ya perdidas con científicos del calibre de Linneo... Todo ello contribuye a que el Padre Sarmiento fuese conocido y respetado por los demás eruditos e intelectuales dieciochescos.

    Estos han sido solo algunos de los hitos científicos, literarios o arquitectónicos y relativos a la ingeniería que 'Calel' compartió con los asistentes y que tan socarronamente divulgó. Cabe también destacar su estrecha relación con el Padre Feijóo, miembro igualmente destacadísimo, contemporáneo y gallego de la Ilustración española en los dos primeros tercios del llamado 'Siglo de las Luces'.

    Rafael -Calel- sintetiza finalmente la singular personalidad de Martín Sarmiento indicando que se trató de un "rara avis" de su tiempo que, de no negarse incomprensiblemente toda su vida a ser publicado, el ilustrado galeguista podría haberse convertido en multimillonario. Sin duda. No resultan temas menores o baladíes en el carácter y temperamento del genio su marcada vis cómica y chistes ("trebellar y traballar", o el de "¡casadlo!") ni el talante conversador de este inmenso defensor de los intereses de Galicia y que siempre reivindicó el gallego.

    Sin pecar de proselitismo o, como admitía el propio Calel, tal vez sí, este reclama que el día 9 de marzo (día en que nació Martín Sarmiento) sea el del naturalismo gallego. Pues que así sea.

    Y, para finalizar y como recordaba Xosé Álvarez esta misma semana, Calel tenía mucha razón con aquello de que:

    "Galicia no estará completa hasta que se hayan editado las obras completas del padre Sarmiento".


por David Rodríguez Morado

Montaje del cartel de la conferencia con fotografías de David Rodríguez Morado



viernes, 13 de enero de 2023

AXUDA DO COMITÉ SAN CLAUDIO NO ANO 1913 E A NECESIDADE DE INSTALAR UNHA BÁSCULA NA FEIRA DE SAN CLAUDIO

 Cumpriranse 110 anos neste mes do primeiro envío económico, feito polos "sanclaudieses" emigrados á illa de Cuba, destinado ás obras de ampliación e de construción da torre da igrexa parroquial onde se bautizaran. A antiga igrexa fixérase pequena xa que o número de habitantes de San Claudio aumentaba ano a ano, a pesar de que desde o primeiro terzo do século XIX os sanclaudieses decidiran emigrar á Illa de Cuba, e así fora como moitos deles colleron de cheo a Guerra de Cuba do 1898. Algúns voltaron feridos, a outros déronlles unha medalla e outros non voltaron. A comunidade de San Claudio en Cuba sería das primeiras en arrimar o ombreiro cando fixo falta, e nesta ocasión, facíao. Mantiñan correspondencia cos familiares e ademais viñan de cando en vez ó terruño, como dicía o poeta Ramón Armada Teixeiro. Por esa correspondencia sabia da necesidade da ampliación da igrexa parroquial e á chamada acodiron. Non foron cutres, como nunca o foran antes nin o serían despois.

Á igrexa déuselle máis lonxitude, ampliáronse as capelas colaterais, construíuse a torre que sustituíu á espadaña e máis fixéronse os retablos. Nestas obras destacaría o mestre construtor, O Sr. Rodríguez, e máis aos fillos de Román Martínez, Ángel e Ramiro, que deseñarían e construirían os novos retablos das capelas colaterais. A obra non foi pouca cousa, tal e como se recolle no Libro de Fábrica da parroquia.

No semanario LA OPINIÓN DE ORTIGUEIRA, do 23 de xaneiro de 1913, recóllese a seguinte noticia:

"Desde la Habana nos remiten una nota de recaudación llevada a cabo por el Comité “San Claudio" para las importantes obras que por iniciativa del virtuoso párroco don Antonio Otero (D. Antonio Otero Debasa, tío de D. Antonio Otero Orosa que o sucedería na mesma parroquia) van a realizarse en el templo parroquial de San Claudio.

El importe de la recaudación girado al Sr. Otero, asciende a 5.250 pesetas.

Plácemes merecen los naturales de San Claudio residentes en Cuba por esta nueva y señalada muestra de amor a la tierra natal y muy especialmente hemos de alabar la gestión de los Srs. D. José Rodríguez Seoane, D. Antonio Sánchez Iglesias (quen, uns anos despois doaría, ou mercaría, o solar para construír o edificio do escolar de San Claudio) y D. José Piñón Montero, Presidente, Tesorero y Secretario, respectivamente, del Comité "San Claudio".

As citadas obras remataríanse no ano 1915. O lousado ten polo tanto, máis de cen anos e non é de estrañar que teña algunha que outra goteira. Eses emigrantes sanclaudieses axudaron no que puideron, na escola con envíos de axuda para material, na igrexa, outra vez coa construción do escolar a partir do 11 de xullo de 1921 e con outras obras do mesmo teor que se foron realizando ata que puideron, pois a situación en Cuba cambiaría a partir do ano 1929. Os emigrantes sanclaudieses axudaron e deron un exemplo digno de seguir, tanto na súa parroquia como na illa de Cuba. Como para non manter viva a súa memoria, vaia!

Nese mesmo ano, no mes de febrero (de 1913) tiñan lugar as eleccións para conformar a xunta directiva da Sociedad de Seguros Mutuos San Claudio; directiva na que figuraban os seguintes membros: "Presidente honorario perpetuo D. Antonio Otero, Cura párroco. Presidente efectivo D. Manuel Rodríguez, Secretario D. Leandro Vale, Vocales D. Gervasio Rodríguez, D. Andrés Peña, D. José Insua, D. Manuel P. Campana. D. Manuel Corgos y D. José Villalba". A necesidade deste tipo de asociación viña dada polo aumento do número de cabezas de gando e pola necesidade de cubrir as perdas, cando se producían, dunha cría, ou dunha vaca ou boi. Na parroquia o número de cabezas contábase por centos.

E así foi como, nese mesmo ano, o concello de Ortigueira puxo en funcionamento, na Feira de San Claudio, unha báscula para pesalo gando, no lugar que ocupara a capela do Carmen, fundada no 1721 a expensas da familia dos Díaz Tenreiro. Desde o ano 1721, pouco máis ou menos, os que viñan á feira de San Claudio podían oír misa nesa mesma capela, ou na igrexa parroquial; o que moveu ruído entre os párrocos de San Claudio e os titulares da capela do Carmen. Engadimos o dato de que a mediados do século XIX asistían a esa feira, que se celebraba cada terceiro domingo de cada mes, máis de 3500 persoas, segundo llo facía saber o cura da parroquia ó bispo de Mondoñedo á hora de pedir que lle mandara outro crego para axudalo nos oficios pois el non daba feito. A feira de San Claudio era unha das máis antigas (contaba co Privilexio Real outorgado por Afonso X) e importantes do norte galego, xunto coas de Padrón ou Vilalba, por citar algunhas. A capela do Carme, ou do Souto da Abeleira, debido ó seu mal estado e a que non era respetado o seu espazo sagrado por parte de algúns feirantes, fíxose demoler, por orde do bispo de Mondoñedo, na década dos oitenta do século XIX. Os últimos capeláns (do apelido de “la Peña Díaz Tenreiro”, tal e como mandara o fundador, chamado D. Juan) vivían na súa casa do lugar da Capilla ou de Loureiros, que era como se denominaba antes. Queda pois explicado o nome da Capilla. Esa antiga casa foi demolida a cimentis nos anos noventa do pasado século XX.


aaaaa
Fondo J. Carlos Breijo Rodríguez, Cronista Oficial de Ortigueira

Proseguindo co repaso ás crónicas recollidas na prensa dese ano diremos que pouco despóis da construción do edificio que acollía a báscula, que correu a cargo do concello de Ortigueira, comezarían os envíos de reses desde a Feira de San Claudio ata Madrid e Barcelona, tendo que levar os bois e os becerros a pé ata a estación de Rábade (labor na que se ocupaban expertos coñecedores dos camiños e algún rapaz como axudante), desde que os subían ós vagóns do tren que os levaría ata o seu destino. Nin que dicir ten que as reses perdían varios kilos por non dispor dunha boa alimentación no camiño, o cal rebaixaba o seu prezo ó chegar a Madrid, como era o caso. Naquel momento San Claudio roldaba os 1200 habitantes e había que laborar a terra e os montes para recoller os froitos e manter ó gando e máis á xente. Labor esta pola que se labraba toda a terra dispoñible e parte dos montes, pois todo se facía pouco. 


Fondo J. Carlos Breijo Rodríguez, Cronista Oficial de Ortigueira

Ese primeiro envío constaba de 72 bois; e así aconteceu que o día 16 de febreiro de 1913 D. Leandro Pita recibía un telegrama polo que se lle comunicaba a chegada a Madrid dos anteditos bois. A noticia da chegada á capital, dese primeiro envío, mesmo saíu publicada no ABC; artigo que leva por título "Una idea excelente". O mérito que se destacaba na mesma era o da ausencia de intermediarios. Pero pouco duraría iso. Desde outros semanarios ortigueireses non tardaron en atacar ese método de venda directa. Os intereses cruzados eran moitos, e os políticos tamén. En El ECO ORTEGANO desas datas temos a crítica contraria, e non quedou case ninguén sen amolar, ata o mesmo D. Federico Maciñeira. Dicían, entre outras cousas: que si perderan moito peso, que a algún propietario lle roubaran uns kilos, que había favoritismo, e cousas polo estilo. A verdade foi que ó chegar a Madrid moitas cabezas de gando perderan entre 50 e 70 kilos, como se pode comprobar polas imaxes da portada do citado semanario que se acompaña. Os coidados na alimentación non eran os mesmos que os da casa,  a viaxe a pe de San Claudio a Rábade, primeiro, e de Rábade a Madrid en tren, tiña un elevado custe calórico no corpo dos animais. Non podían engordar, pero si adelgazar.


Fondo J. Carlos Breijo Rodríguez, Cronista Oficial de Ortigueira

        Os bois, motivo do citado envío, foron, como xa se anticipou, en catro wagóns desde a estación de Rábade ata Madrid. O responsable de acompañalos na viaxe, e de entregalos na capital ós compradores, foi  D. Andrés Díaz Pazos, que era  veciño de Luía. Os bois pertencían a pequenos produtores e produtoras de varias freguesías da comarca, desde Céltigos, Espasante, Luía,  Santiago de Mera e incluso de Cerdido. Logo deste envío virían máis. Os que fixeran posible todo isto, ou parte, foran os irmáns  D.  Luciano e D. Leandro Pita, e D. Federico Maciñeira. Como para non dedicarlles un monumento!

O agrarismo do ortegal, do que tanto e tan ben falou e escribíu Anxo Rosende, ten varios nomes, e eses tres foron pioneiros dos máis destacables, aínda que houbo outros que non citaremos por non ser obxecto da presente crónica. Os irmáns Pita Sánchez Boado tiveran un bo exemplo na casa, o mesmo que Maciñeira, se ben o pai dos primeiros, D. Leandro Pita y Lamas, sería o que traería, para a súas propiedades da casa do Souto en Santiago de Mera, as primeiras cabezas de gando de Suiza, Holanda e Bélxica, e todo isto xa na segunda metade do século XIX. D. Leandro Pita e Lamas mesmo sorteaba unha cría das súas vacas entre os seus colonos, ós que convidaba anualmente na súa casa do Souto, mediante invitación escrita, onde tiña lugar o sorteo no medio dunha auténtica festa labrega e gandeira. D. Leandro era un home instruído e de mundo, sabía o que había que facer, e como facelo, para mellorar as razas e aumentar a produtividade das súas posesións. Os Concursos de gando que se organizaron na vila santamartesa nos primeiros anos do século XX deron boa proba diso, e Rof Codina tamén.

José Carlos Breijo Rodríguez


CARTA CARECOS

  O pasado sábado 29 de novembro, tivemos doblete nas charlas Apálpate : Cariño e San Claudio (Ortigueira). Foto:  María Jesús Rodriguez Ram...

Libro de visitas