lunes, 6 de febrero de 2023

Semblanza do capelán Miragaya García de Santo André de Teixido

 

f.: Álvaro Fdez. Polo

Santo André de Teixido


    O segundo cura de San Andrés foi don Manuel Alejo Miragaya García, que exerceu de capelán desde 1913 ata a súa morte, no 1965.

    52 anos ao servizo do Santuario e 62 de sacerdocio. Naceu en San Martín de Lanzós (1877), e foi capelán no Asilo de Viveiro. Faleceu en 1965, os seus restos repousan no adro da igrexa de Teixido.

    Así o describe don Ramón Bascoy:


    Era un mozo bien plantado, amante de la pulcritud. Se hizo famoso por su corpulencia, su fuerza física, su comida pantagruélica, su exquisita hospitalidad, conversación amena. Iba de caza por el monte, conocedor de la Capelada, tenía dos escopetas colgadas de la pared de la rectoral, que le sirvieron para algo más que para cazar. Pasó por durísimas pruebas, cuando los romeros no se distinguían por su devoción e intentaban propasarse. De él hace una semblanza Otero Pedrayo cuando visita el lugar en 1927, comen al pie de la fuente milagrosa y el cura los invita luego a café, ricos habanos y con su especialidad culinaria: o tortillo. Tortilla hecha con tocino, jamón, chorizos y huevo, ni una triste patata”.


Din que na época da contenda o crego Miragaya andaba moi asustado e durmía cunha escopeta debaixo da cama, máis dunha vez intentaran roubarlle o pouco que tiña e o que era peor, profanar o sagrario e tirar as Sagradas Formas polo chan. Foi cura de moita personalidade, sempre andaba en zocas e a súa figura era colosal, que ata lle tiveron que facer unha curva na mesa para que lle asentara o bandullo.

    


    Tamén intercedía ante a Garda Civil para que non molestasen aos veciños, mediando a favor deles para ter paz na súa comunidade.

    Foi un convencido xermanófilo e cando viu emerxer das augas un submarino, en plena Primeira Guerra Mundial, non dubidou en baixar ata a praia e subir nunha pequena chalana de goma que a piques estivo de naufragar. Xa equilibrado enriba do somerxible, fixérono descender por un tubo, onde case queda atrapado. O Capitán do submarino tíñalle unha encomenda: confioulle a custodia da súa muller mentres interviñan nunhas importantes operacións militares. Aquela dama alemá permaneceu ao coidado en Teixido ata que volveu recollela o submarino.

    Tempo andando o cura recibiu un retrato dedicado polo Kaiser Guillerme II, en recoñecemento pola labor prestada.


    O suceso cóntao así don Rafael Usero, Cronista de Cedeira:


UN ATAQUE EN EL MAR


    Coincidió don Manuel con los tiempos de la Gran Guerra Europea (1914). Hacia el año 1917, un barco noruego perseguido por un submarino alemán, vino en busca de refugio a las costas de Teixido. El submarino localizó el barco en su escondite, acosándolo con prolongado tiroteo. El resplandor del fuego de los disparos sobrepujaba la claridad vespertina. Congregados delante del Santuario rezaban los lugareños, consternados por las almas de los que allí estaban muriendo. El ataque duró una hora. En ésto que una embarcación recogió los supervivientes del barco noruego y luego se fue a pique. Las aguas del mar fueron arrastrando diversidad de objetos que las gentes iban recogiendo. Bien sabemos, dice Usero, que Noruega era neutral y a no ser de que fuera un mercante armado que tuvo la mala suerte de topar con los alemanes y lo tomaron por barco enemigo”.


Consello de guerra ao Cristo dos Carrís, narrado por Bascoy:


f.: Álvaro Fdez. Polo

Cristo dos Carrís en Santo André de Teixido


Emociona y sobrecoge el ánimo la vista del Cristo solitario en aquella ruda intemperie, ante quien hoy ya nadie reza; Cristo abandonado y olvidado entre aquellos tétricos peñascales do Penido Oscuro, que fue testigo del acto más vandálico.

Con voz trémula de emoción el cura Miragaya relata los hechos. Un suceso ocurrido por el año 1945, al final de nuestra Guerra de Liberación (así lle chama á Guerra Civil).

Andaban entonces merodeando por aquellos inacesibles vericuetos una partida de huídos de la Justicia y cierto día, con satánica inspiración, se constituyeron en Consejo de Guerra y acordaron fusilar a Cristo y a su Madre, como así lo hicieron los desdichados, disparando repetidamente hasta hacer blanco sobre ambas imágenes”.

Xa pasaran varios anos do suceso, pero aínda o autor puido ver as pegadas das balas con cara de asombro.



OUTROS DATOS RECOLLIDOS POR USERO NO SEU LIBRO SOBRE TEIXIDO:


LOS AÑOS DE LA POSGUERRA:


    Con la victoria franquista, en 1939, llega la paz. La afluencia de romeros se multiplica. Los montes se llenan de escapados que hayan refugio en los agrestes lugares. En 1945, los escapados, reunidos en consejo de guerra tomaron la decisión de fusilar al Cristo dos Carrís, y aunque se dice que quedaron marcas en el cruceiro, no hicieron blanco en sus imágenes sino que apuntaron a un lado y allí están bien visibles las marcas. La Guardia Civil llegaba a fatigar a los vecinos, pero don Manuel, deseoso de paz, intervino con frecuencia a favor de ellos".


MEJORAS EN EL TEMPLO Y DESTRUCCIÓN DE RETABLOS EN TEMPOS DO CAPELÁN MIRAGAYA:


    De 1917 datan dos estupendos confesionarios, obras humildes pero admirables, de un carpintero llamado Manuel Mariña de la parroquia de San Adrián de Veiga. En 1922 se sustituye la campana por otra que pesa 32 arrobas y se le llama: Romeira de Teixido. Tiene un sonido que da gloria, la hizo Pedro Dencausse (Barcelona). Ese año se hicieron obras en el Santuario, se sacaron antiguos retablos y dos años después se plantaron veinte acacias en el atrio”.


NUEVAS OBRAS EN EL SANTUARIO


    En los años 1950, Miragaya emprende obras de mejora, hace demoler la casa del capellán de 1827, y desaparece la capilla del Santísimo Cristo. Cierra el atrio, ampliando el terreno, acondiciona la explanada. Hay una denuncia y el Obispo lo manda llamar y don Manuel a sus 80 años, debe obedecer. Sale de Teixido montado en un carro de vacas y luego en coche de alquiler se traslada a Mondoñedo. Hay un duro contraste. El prelado, don Mariano, refinado y caballeroso. Don Manuel, digno espejo de los abades gallegos, hecho a la vida del campo y seguramente con zapatos. El Obispo pesaroso por hacerle ir a palacio al anciano capellán y Miragaya ofuscado porque hubiera dado crédito a las denuncias. Regresa al día siguiente y ya no volverá a salir de Teixido”.


MUERTE DEL INSIGNE CAPELLÁN


    Cuando lo conocí, el hombre todavía estaba pendiente de las novedades que pasaban por el mundo y gustaba de contar anécdotas. Pasaba el día sentado en un inmenso sillón cuadrado y lo cuidaba su sobrina. Se consolaba pensando en que cuando muriese mucha gente rezaría por él, por ser el cura más conocido de toda Galicia. ¡Qué triste é ser vello!, repetía. Lo llamó Dios el 17 de mayo de 1965, sus restos descansaron en el humilde cementerio del lugar. Ahora reposan en el atrio de la iglesia, bajo una lápida con inscripción en gallego”.


por Obdulia Dopico


    (Datos recollidos dos libros de Ramón Bascoy: La Comarca del Ortegal en el II milenio antes de Jesucristo e de Rafael Usero: El Santuario de San Andrés de Teixido)


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